La importancia de la calidad del sueño en la función mental y motora

15 octubre 2024

Nuestro cuerpo está regido por el llamado sistema circadiano, que es como un reloj interno que controla cuándo debemos dormir, despertarnos y cómo funciona nuestro cerebro durante el día. Este sistema sigue dos procesos clave: el proceso S, que acumula la “necesidad” de dormir mientras estamos despiertos, y el proceso C, que sigue un ritmo interno y nos mantiene alerta en ciertos momentos del día, generalmente alcanzando su pico en la tarde.

Normalmente, estos dos procesos se coordinan para que nos mantengamos alerta durante unas 10-14 horas al día. Pero cuando dormimos mal o a destiempo (como cuando tenemos horarios de sueño desorganizados), esta coordinación se altera y afecta nuestra capacidad de concentrarnos, pensar con claridad y mantenernos despiertos sin sentir sueño.

Una de las formas más comunes en que esto se manifiesta es con la pérdida del ritmo circadiano, que ocurre cuando no mantenemos un patrón de sueño claro. En vez de tener un buen descanso nocturno, dormimos en cortos episodios durante el día y la noche. El problema con esto es que dormimos cuando estamos muy despiertos y activos, lo que empeora la calidad del sueño, y estamos despiertos cuando más sueño tenemos, lo que baja nuestro rendimiento.

El impacto en nuestra atención y decisiones

Uno de los aspectos más sensibles al sueño es nuestra capacidad de controlar las distracciones y tomar decisiones acertadas, lo que se llama “control inhibitorio”. Este control está muy relacionado con la corteza prefrontal, una parte clave del cerebro. Cuando no dormimos lo suficiente, esta región no funciona bien, lo que afecta desde nuestra capacidad para mantener el equilibrio hasta realizar tareas simples como escribir o reaccionar rápidamente ante obstáculos.

La falta de sueño no solo nos vuelve más distraídos y torpes, sino que también afecta cómo pensamos, movemos nuestro cuerpo y tomamos decisiones, lo que puede tener consecuencias importantes en nuestra vida diaria.

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad biológica. Nuestro reloj interno, el sistema circadiano, regula cuándo debemos dormir y estar despiertos. Mantener buenos hábitos de sueño, como tener horarios regulares, no solo mejora nuestra energía, sino también el funcionamiento del cerebro y el cuerpo.

La falta de sueño afecta la capacidad de tomar decisiones, concentrarse y controlar los movimientos. Estudios científicos muestran que quienes tienen un sueño saludable rinden mejor mental y físicamente, y tienen menos estrés.

Priorizar el descanso es clave para cuidar nuestra mente y cuerpo. Dormir bien nos permite alcanzar nuestro máximo potencial tanto física como mentalmente. En el Instituto del Sueño, liderado por el Dr. Diego García-Borreguero y su equipo de expertos, somos pioneros en la investigación y el tratamiento de los trastornos del sueño. Nuestro enfoque integral y basado en la evidencia nos permite mejorar la calidad del sueño de nuestros pacientes, promoviendo un bienestar duradero y un óptimo rendimiento diario.

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