CUANDO LOS NIÑOS SE DESPIERTAN TEMPRANO

30 mayo 2017

Una de las quejas que más escucho en torno al sueño de los niños es lo temprano que se despiertan aún siendo día de descanso.

Los adultos vivimos condicionados a un horario los días laborables y los niños a los de su escuela infantil, y por lo tanto, empiezan a acostumbrarse a levantarse siempre a una hora determinada.

Por otro lado, yo digo siempre que los niños son como los pajaritos, en cuanto empieza a amanecer, los acuestes a la hora que los acuestes, se despiertan…

Y es que, en el cerebro existen una serie de células que funcionan como un reloj que regula lo que se llama el ritmo circadiano (día-noche). Este reloj al principio está inmaduro, pero poco a poco va madurando hasta que ya somos capaces de dormir de noche y estar despiertos durante el día.

Uno de los factores que influyen en este reloj es la melatonina, sustancia que se segrega en la oscuridad para “avisarnos” que debemos dormir, mientras que cuando deja de producirse, aparece otra sustancia que es el cortisol, que nos “avisa” que debemos estar despiertos.

Independientemente de estos factores biológicos, las rutinas son también fundamentales para entender que los niños se despiertan tan temprano durante el fin de semana, ya que “cogen la hora”. Esto, unido al posible ruido, a la posible necesidad de tomar alimentos a la hora que diariamente los ingiere, da como resultado que los niños se despierten temprano.

En lo que está en nuestras manos, podemos intentar llevar a cabo estas recomendaciones para minimizar que los niños se levanten tan temprano:

– Cuidad la luz y el ruido que pueda entrar por la mañana en su habitación.
– Debéis estar atentos a la cantidad de cena que ingiere. Nuestros hijos poco a poco se van haciendo mayores y van cenando un poco más, y si la cantidad que les ofrecemos no aumenta, pueden empezar a despertarse más temprano por hambre. No sería la primera vez que me encuentro con esta situación y fijaos si tiene una solución sencilla.
– Acostumbrad a vuestro hijo a no atenderlo inmediatamente cuando se despierta, sino que progresivamente podemos dejarlo un poco de más tiempo si no está llorando. Así será capaz en algún momento de estar relajado y quizás se pueda volver a quedar dormido un ratito más.
– Procurad que las siestas no sean muy tardías ni duren más de dos horas, ya que esto repercutirá negativamente en la cantidad y calidad de sueño nocturno.

Sonia Esquinas para el IIS

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