ALTERACIÓN DE LA MEMORIA EJECUTIVA EN EL INSOMNIO

10 septiembre 2013

Ofrecen una pista visual sobre la disfunción cerebral por insomnio.
MEDICINA DEL SUEÑO: No son imaginaciones suyas. Los pacientes que no duermen tienen dificultades para rendir. Así lo demuestra un estudio estadounidense con resonancia magnética funcional y lo defienden especialistas españoles consultados.

Dicen que están muy cansados pero no son capaces de dormir. Los pacientes con insomnio se encuentran en un estado de “hipervigilancia” (dicho en cristiano: dificultad de relajación). La situación de estos enfermos tiene una doble faz. “Por un lado, están cansados y, como consecuencia, tienen problemas de habilidad laboral y social. Por otro lado, no pueden dormir ni descansar porque presentan dificultades para relajarse“, explica Juan Pareja Grande, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirón Madrid.
No es raro que los pacientes con insomnio describan dificultades para el rendimiento (referidas a las áreas de atención, memoria, etc.). Cuando se han realizado estudios neuropsicológicos no se han podido manifestar de manera objetiva tales déficits, lo que suponía una cierta contradicción.
Un estudio publicado en el número de septiembre de Sleep ofrece la prueba visible de la disfunción cerebral que se produce en el paciente con insomnio primario.
Un equipo de investigadores de la Universidad de California (Estados Unidos), coordinado por Sean P.A. Drummond, profesor del Departamento de Psiquiatría, analizaron a 25 personas con insomnio primario y 25 sujetos sanos –todos con una media de 32 años- a los que se les sometió a una prueba de memoria
ejecutiva o de trabajo que iba cargando progresivamente su capacidad de retención con letras y números.
Al mismo tiempo se les hizo una resonancia magnética funcional para ver qué neuronas se activan para una determinada actividad.
Para los expertos consultados por CF este trabajo abona un campo sobre el que sembrar. “La memoria ejecutiva o de trabajo se localiza en las zonas dorsolaterales de la corteza prefrontal del cerebro. Ahora han visto que estas zonas se activan en menor medida en los insomnes. También han observado que estos pacientes no son capaces de inhibir otras zonas corticales o actividades cognitivas, algo necesario para concentrarse en una tarea concreta”, señala Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS), en Madrid, y lo explica mediante una analogía. “Para conseguir la misma
velocidad que alcanzan los que duermen bien, los insomnes tienen que forzar más el motor”.
Pareja se muestra cauto ante esta investigación: “Es valiosa pero preliminar. No creo que se haya detectado la alteración específica cerebral del insomnio. Por tanto, no pienso que se haya descubierto el marcador del insomnio”. Con todo, este neurólogo especializado en Medicina del sueño destaca que el estudio estadounidense “tiene relevancia porque documenta una alteración que se puede comprobar si revierte con un tratamiento adecuado. Además, permite la comparación con otras enfermedades que producen cansancio pero no insomnio”.
Según García-Borreguero, “siempre hay algo que suele causar el primer insomnio, pero con el tiempo se convierte en una enfermedad independiente de aquello que lo precipitó. El resultado de este estudio se une a otras investigaciones epidemiológicas que muestran cómo el insomnio se asocia a una mayor morbilidad cardiovascular y mortalidad y eleva, además, el riesgo de diabetes”.
El especialista del IIS reconoce que “nuestra percepción del insomnio está cambiando”. ¿Cómo? Ya están empezando a verlo como una disfunción cerebral que en algún momento puede ser perjudicial para la salud.
OPORTUNIDAD FISIOPATOLÓGICA
En un comentario que se publica en el mismo número de Sleep, Michael Chee, del Centro de Neurociencia Cognitiva de la Facultad de Medicina Duke-NUS Graduate, en Singapur, ve este trabajo como una oportunidad.
Concluye que “aunque los hallazgos del grupo de Drummond no están completamente explicados, su estudio, que ha sido conducido de forma cuidadosa, está pensado para provocar, y debería inspirar una nueva generación de sofisticados estudios de imagen funcional que arrojen luz sobre la fisiopatología que acompaña al insomnio”.

Abusar de las gafas de sol puede favorecer los trastornos del sueño:
A. C. M. El ritmo circadiano (el ciclo de 24 horas) o reloj biológico se regula,
fundamentalmente, por la luz solar y la oscuridad.
Por eso, “si una persona utiliza gafas de sol la cantidad de intensidad lumínica disminuye mucho, y si lo hace más horas de las debidas o continuamente engaña al cerebro al decirle cuándo es de día y cuándo es de noche”, explica a CF Luis Domínguez, jefe de la Unidad de Trastornos del Sueño de la Clínica Ruber, en Madrid.
Es el cerebro el que, automáticamente, retrasa el momento normal del sueño, pudiendo provocar algunas formas de insomnio. Esto sucede porque se alteran los niveles de secreción de la hormona de la melatonina -la encargada de regular el sueño-.
De hecho, prácticamente el cien por cien de las personas con ceguera absoluta padecen trastornos del sueño como es el insomnio.
Los lugares de acción de la melatonina son neurales (hipocampo, hipófisis, hipotálamo, retina, glándula pineal y otros) y no neurales (gónadas, intestino, vasos sanguíneos, células inmunes y otros). Esta hormona aparece en la noche y disminuye su secreción durante el día. De ahí, los problemas del jet-lag.
¿DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE?
Domínguez concreta que no tiene sentido usar las gafas de protección solar cuando ya se ha ocultado el sol y que este uso inadecuado puede ser la causa de ciertos trastornos del sueño, al alterar los patrones de exposición a la luz.
EL LADRÓN DEL SUEÑO Y EL ‘RELAX’: Repaso de las características del insomnio.
El insomnio afecta a entre un 10 y un 20 por ciento de la población en algún
momento de la vida, siendo más frecuente el de tipo secundario que el primario.
Su incidencia aumenta con la edad.
No hay enemigo pequeño. “El insomnio puede convertirse en una enfermedad muy grave”, destaca Luis Domínguez, jefe de la Unidad de Trastornos del Sueño de la Clínica Ruber, en Madrid. Por eso, “nunca está de más que los boticarios recuerden a los pacientes las llamadas medidas de higiene del sueño, entre las que se incluyen: disponer de una habitación cómoda, que tenga una temperatura y
nivel de humedad concretos; levantar la cama en caso de que sufra reflujo gastroesofágico; llevar una alimentación ideal por la noche, cenando poco, y no tomar productos con cafeína por la tarde ni por la noche”.