Recomendaciones para dormir bien y evitar problemas del sueño durante el invierno

24 enero 2022

La comunidad científica estima que la temperatura ideal para dormir se encuentra entre los 18 y los 21ºC en el dormitorio. Manifiestan que por debajo o por encima de estos límites, comenzamos a sufrir problemas para conciliar el sueño.

Los estudios demuestran que nuestro cuerpo, al sentir frío o calor, inicia unos mecanismos de autorregulación de la temperatura, al tiempo que altera el ritmo normal del reloj biológico. Si tenemos frío o calor durmiendo, experimentamos pequeños periodos de vigilia durante la noche que perjudican seriamente la calidad de nuestro descanso alterando así nuestra calidad de sueño.

Al dormir es importante tener una temperatura ambiental adecuada, lo que significa que una sensación térmica relativamente fría es sinónimo de sostenibilidad ambiental y también de nuestro organismo.

Lograr conseguir una temperatura ideal para dormir en nuestro cuarto puede resultar una tarea complicada. Sobre todo, si desconocemos el funcionamiento real del organismo y los cambios térmicos que experimenta para completar su actividad. No solo eso. No todas las personas tienen la misma sensibilidad frente al frío. La edad, el sexo, alguna patología o la actividad mental son determinantes en esta percepción particular de la temperatura.

Es siempre aconsejable que nuestro lugar de descanso no esté muy caldeado y que la calefacción, si la usamos, no esté a temperaturas muy altas. Para regular la temperatura en caso de frío, se recomienda entre otras cosas:

Regular la temperatura con la ropa de cama. Si es necesario que utilicemos edredones individuales, que como es lógico no producen calor sino que reducen la pérdida del propio calor.

Los pies fríos pueden impedir que duermas bien. Si ese es el problema, ponte calcetines.

Usar sábanas de materiales como la franela o coralina, que proporcionan más calor.

También puedes usar mantas eléctricas, botellas o bolsas de agua caliente. Tomar una sopita caliente también es una solución bien reconfortante.

Definitivamente, conciliar el sueño en invierno no siempre es fácil, sobre todo si somos personas muy friolentas. Aunque la solución más sencilla podría ser encender la calefacción, tanto para nuestro bolsillo como para nuestra salud no es lo más recomendable.

 

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