QUÉ HACER CUANDO NUESTROS HIJOS SE DESPIERTAN DE NOCHE
A lo largo de la noche, tanto niños como adultos pueden tener despertares. Esto no sería un problema si a partir de ahí podemos encontrarnos una situación difícil cuando hablamos de los niños.
Y digo difícil porque pueden aparecer rabietas y lo que en un principio era un simple despertar, se convierte en una batalla nocturna que nos desespera y que no sabemos gestionar.
Todos somos conscientes de que la necesidad de descanso provoca, entre otros problemas, mucho mal humor y un sueño interrumpido por el motivo que sea, que hace que nuestros hijos lloren.
Como es lógico, cuando lloran, los padres acudimos para ver qué ocurre, unas veces puede ser por algún tipo de dolor, otras veces porque se le ha caído el chupete, porque han tenido algún mal sueño y otras veces no existe un motivo aparente.
Mi consejo es que una vez que sepamos que los niños no tienen ningún tipo de dolor, intervengamos lo menos posible. Esto no quiere decir que los dejemos llorando, sino que le hablemos lo menos posible.
Podemos acercarnos, ponerle la mano en la cabecita a la vez que les decimos “shhhh” para que el niño sepa que estamos ahí, pero vamos a intentar mantener el silencio y sólo una luz lejana para no espabilar más de la cuenta.
Podemos darnos cuenta que no tiene por qué dolerle nada si a lo largo de los días, la hora del despertar es más o menos la misma.
Si esto ocurre y decidimos intervenir de una forma más contundente de la descrita anteriormente, podemos cronificar estos despertares y a partir de ahí crear un trastorno del sueño.
Algo que debemos tener claro es que cualquier conducta que atendamos más de lo necesario, la estaremos reforzando, por lo tanto, os animo a que, en primer lugar descartemos que existe una necesidad real y a partir de ahí, que trabajemos ese llanto progresivamente de forma más alejada, hasta que seamos capaces de “sostener” ese llanto desde nuestra propia cama con el “shhhh” al que vamos a acostumbrarlo.
Sonia Esquinas para el IIS