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Lo que sucede en nuestro cerebro cuando soñamos

30 abril 2021

Durante las horas que dormimos suceden eventos en nuestro cerebro, muchos de los cuales son los responsables de los sueños. Solemos experimentar diferentes tipos de sueños.

Pueden ser sueños agradables, excitantes, atemorizantes, pesadillas, ilógicos, fantasiosos. ¡En fin!, depende mucho de la información que absorbe el cerebro durante cada día.

Dormir no significa siempre descanso ni mucho menos desconexión. Esta actividad biológica forma parte de las tareas que realiza el sistema nervioso, controlado por el ritmo circadiano que establece la vigilia del sueño.

Además, mientras dormimos el cerebro ejecuta un trabajo de restablecimiento de todos los sistemas, selecciona, organiza, combina y elimina información obtenida durante el día y de hecho, hay expertos que aún debaten si los pensamientos se acallan o no.

Soñar es parte de la experiencia, aunque no siempre recordemos si soñamos o nos parezca muy incoherente lo que soñamos.

De hecho, las investigaciones indican que los estímulos externos que se presentan durante el sueño pueden afectar el contenido emocional de los mismos.

Recordar o no lo que soñamos depende de la fase en la que se produce el sueño. Hay personas que aseguran soñar toda la noche e incluso despertar cansados por ello.

Recordemos que mientras dormimos sigue habiendo actividad en nuestro cerebro, aunque estamos en un estado de inconsciencia, así que también las emociones están en sintonía con los sueños y listas para manifestarse.

¿Les ha sucedido que despiertan llorando por un sueño en el que sintieron dolor o exaltados, o satisfechos? Una parte de nosotros está en plena conexión mientras dormimos y los sueños se pueden sentir muy reales.

 

Fases del sueño

A partir del momento en el que nos acostamos a dormir se desarrollan las cinco fases del ciclo del sueño en las que según la actividad de los neurotransmisores de producen diversas clases de sueños:

Fase I o etapa de adormecimiento: la cual comprende los primeros diez minutos del sueño a partir de la vigilia.

Este es el sueño ocular rápido, el más superficial donde suceden los sueños más vividos y nos podemos despertar fácilmente.

Fase II o etapa del sueño ligero: ocupa alrededor del 50% de nuestros ciclos del sueño. En este punto nos desconectamos lentamente del entorno, la actividad cerebral se mueve entre mayor y menor intensidad. Es la fase en la que tenemos el sueño típico en el que caemos por el precipicio y nos despertamos exaltados.

Fase III o etapa de transición: es un período corto de máximo tres minutos en los que tocamos el terreno del sueño profundo. Es justo entre esta etapa la IV cuando el cuerpo entra en estado de relajación profunda.

Fase IV o etapa del sueño profundo-Delta: esta fase supone el 20% del sueño, es determinante en la calidad del descanso.

Fase V o REM: esta corresponde al 25% del ciclo, dura entre 15-30 minutos y se denomina  como la fase del movimiento rápido ocular. En ella también se eleva la actividad cerebral aunque nuestros músculos estén en modo bloqueo.

Es la fase en la que soñamos y captamos información del entorno.

 

La razón de soñar

Los especialistas en sueño señalan que existe una explicación biológica que hace sinergia con los componentes psicológico, social y las vivencias del día a día.

Desde el punto de vista biológico se considera que el sistema nervioso realiza ajustes mediante los sueños, al tiempo que algunos sueños pueden reflejar situaciones de estrés, experiencias positivas o negativas, conflictos, ansiedad, expectativas o situaciones que afectan nuestras emociones y se reviven a través de los sueños.

Esta es una de las razones por las que la teoría de que “dormir bien es igual a descansar” pierde un poco de fuerza y requiere de otros factores que sumen a la calidad del sueño para que sea sinónimo de un descanso real.

Los sueños también nos muestran a nosotros mismos bajo una representación o forma de ser que probablemente desconocemos en estado de conciencia, y nos trasladan al componente inconsciente condiciona lo que hacemos y pensamos.

Los sueños siempre tienen un punto de conexión con la realidad pues todas las imágenes e informaciones han sido recogidas por el cerebro a través de nuestros sentidos mediante la interacción con el mundo y las personas del entorno tanto en el pasado como en el presente. Durante su desarrollo no suelen ser lógicos ni razonables, así que es común que en ellos se mezclen la realidad con la imaginación.

 

¿Se pueden controlar los sueños?

Hay personas que desarrollan la habilidad de ser conscientes de que están soñando, a este fenómeno se le conoce como sueños lúcidos.

Los investigadores refieren que estos sueños se producen en la fase REM, que es la más profunda de los 5 ciclos que conforman el sueño.

Agregan que en algunos casos puedes llegar a controlarlos y elegir lo que experimentas mientras duermes, pero requiere un proceso de preparación.

Para los psicólogos, la primera condición que debe establecerse para tener un sueño lúcido es que la persona debe ser consciente de que está soñando y no es real, así, una vez entendido esto lo siguiente es tomar decisiones sobre lo que estás soñando.

Por ejemplo, si sueñas que te lanzaste de chapuzón en una piscina, decides cómo nadar.

Hay otras señales sensoriales que te hacen tomar las riendas del sueño, porque puedes ver, sentir, saborear u oler con mayor nitidez y precisión cada elemento del sueño.  De igual forma la conciencia periférica se expande así que el soñador se siente más consciente de todo lo que ocurre a su alrededor, más que en un sueño normal.

Lo cierto es que aunque no siempre lo recordemos, generalmente cada noche nuestro cerebro recrea nuestra vida mientras dormimos.

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