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La violencia en los sueños es más común de lo que se cree

29 enero 2021

Los especialistas  aseguran que la violencia durante el sueño es más común de lo que se cree. Se asocia con una actividad cerebral alterada mientras se está dormido, también con la existencia de algún trastorno subyacente y estímulos externos que desencadenan la acción violenta del paciente.

Lo cierto es que cada conducta que realiza la persona bajo el sueño violento es inconsciente, por lo que carece de su control.

La violencia durante el sueño tiene muchos grados de intensidad. Puede manifestarse con autoagresiones que consisten en un simple golpe o movimientos bruscos, hasta ejercer agresiones muy graves y peligrosas contra sí mismo o contra otros sin hacerlo de forma consciente y responsable.

Como se trata de un comportamiento inconsciente, el diagnóstico requiere de la observación continua de estos patrones de conducta mientras el paciente está dormido, un interrogatorio especializado sobre los síntomas y estudios más profundos como la poligrafía nocturna que se realizan en centros especializados como el Instituto Europeo del Sueño.

Durante la violencia de sueño se producen parasomnias que pueden suceder al momento de quedarse dormido, mientras se duerme o en los despertares.

Según los estudios epidemiológicos el género masculino tiene un factor de riesgo mayor que el femenino de sufrir violencia de sueño. De hecho aseguran que del 97% de las lesiones ocurridas en pacientes con trastorno conductual del sueño REM, 80% corresponden a varones.

Por las experiencias registradas se sabe que el contacto físico directo con una persona en estado de parasomnia puede activar la respuesta violenta. Por eso la recomendación de los expertos es evitar tomarlos del brazo, gritarles o intentar despertarlos, sobre todo a corta distancia.

Esto demuestra que la violencia del sueño no precisamente es un acto espontáneo y fortuito, sino vulnerable a estímulos detonantes.

Por esta misma razón es necesario ir al fondo del origen en cada paciente y atender la enfermedad de base que produce esta alteración del sueño.

El abordaje de este padecimiento exige un correcto diagnóstico, tratamiento y educación a familiares para que estos últimos aprendan cómo manejarse y evitar la intervención durante la parasomnia, de manera que se pueda mantener un ambiente seguro para el paciente y sus acompañantes.

Los trastornos del sueño que más se relacionan con la violencia nocturna son:

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