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El comportamiento hormonal femenino influye en los patrones de sueño-vigilia

6 marzo 2020

Es un hecho que desde la pubertad, las mujeres comienzan a lidiar con el síndrome premenstrual, la disforia menstrual, luego el embarazo, en algunos casos la depresión postparto y la menopausia.

En cada una de estas etapas, las hormonas pueden afectar la higiene del sueño.

 

Insomnio durante el ciclo menstrual

Aunque los síntomas no sean iguales en todas las mujeres, muchas notan que 3 a 6 días antes de la menstruación tienen un descenso en la proporción de su sueño REM, tienen dificultades para conciliar y mantener el sueño dando paso a episodios de insomnio o despertares continuos. A esto se le conoce como Síndrome premenstrual.

La buena noticia es que estos malestares desaparecen con la menstruación y los efectos sobre la vida diaria no son tan marcados como en los casos en los que el insomnio se determina como una patología.

 

Sueño y embarazo

Durante los primeros 3 meses de gestación hay un incremento en la progesterona y esto hace que la mujer sienta más somnolencia, aunado a síntomas como dolores producto de los cambios corporales, las náuseas y vómitos y las continuas ganas de miccionar.

Entre el segundo y tercer trimestre muchos de estos malestares se acentúan, surgiendo otros relacionados con:

  • Adecuación del cuerpo y sus cavidades.
  • Aumento de peso.
  • Ronquido o apnea del sueño.
  • Calambres en las piernas.
  • Pesadillas.
  • Variaciones de temperatura corporal.
  • Síndrome de piernas inquietas.

Cuando llega el bebé muchas de estas alteraciones terminan ¡pero inician otras! Debido a que la mujer experimenta una brusca baja en sus niveles hormonales que es el origen principal de la depresión postparto.

 

Alteraciones del sueño en la menopausia

Durante la menopausia comienza el descenso de la función ovárica y por ende de la producción de estrógeno y progesterona, dando inicio al climaterio, la fase que precede la menopausia y que está influenciada igualmente por las hormonas.

En esta etapa de la vida los síntomas y el envejecimiento no contribuyen a lograr un descanso nocturno reparador.

 

Recomendaciones para dormir mejor

La intensidad de las molestias en cada período puede mejorar con se aplican cambios saludables en los hábitos diarios.

  1. Come de forma saludable evitando comidas pesadas, ácidas o picantes antes irse a la cama.
  2. La alimentación y una adecuada temperatura ambiental ayudan a minimizar los sofocos de calor.
  3. Se duerme mejor si elimina la nicotina, la cafeína y alcohol especialmente antes de acostarse.
  4. Usa ropa liviana para mejorar la eficiencia del sueño y mejorar su circulación.
  5. Realiza ejercicios aeróbicos en horas de la tarde.
  6. Haz actividades que te ayuden a bajar el estrés como meditación o alguna actividad física.
  7. Si te sientes deprimida o con ansiedad no dudes en consultar a un especialista.
  8. En caso de alteraciones en la secreción de melatonina la paciente puede someterse a la luminoterapia o un tratamiento farmacológico indicado por un médico especialista.
  9. En el caso de mujeres embarazadas se sugiere dormir del lado izquierdo, beber poco líquido en la noche y hacer siestas con almohadas o cojines especiales para su comodidad.

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