¿Cuáles son los trastornos del sueño más frecuentes en los niños de edad escolar?
Los países avanzan paulatinamente en la normalización de sus actividades en medio de la pandemia y los niños se alistan para vuelta a clases después de varios meses.
La cuarentena influyó en la alteración de los patrones de sueño tanto en adultos como en niños, así que ahora es necesario retomar los horarios y hábitos para lograr una correcta higiene del sueño.
Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que hasta un 30% de los niños padecen alguna alteración relacionada con el sueño a lo largo de la infancia.
Los trastornos del sueño en la niñez constituyen un problema de salud pública por su prevalencia y por su impacto en el proceso de desarrollo físico, mental y emocional del individuo.
Los trastornos del sueño más comunes durante la niñez
Especialistas en alteraciones del sueño afirman que existen tres manifestaciones fundamentales que advierten problemas del sueño infantil:
- Dificultad para dormir o permanecer dormido.
- Demasiadas horas de sueño.
- Tener episodios perturbadores que interfieren con el sueño.
Entre los niños los trastornos del sueño más comunes son las pesadillas, la apnea obstructiva del sueño, terrores del sueño, la narcolepsia y el insomnio.
Éste último es uno de los más preocupantes porque el hecho de no lograr conciliar el sueño noche tras noche, provoca que el niño o adolescente pierde la capacidad de lograr el reposo profundo de la actividad neurovegetativa.
Por otro lado, el ronquido y el síndrome de apnea obstructiva del sueño afectan los sistemas cardiovascular, nervioso y metabólico.
Cualquiera de las alteraciones del sueño mencionadas en la etapa de crecimiento tienen un alto impacto en el desarrollo neurocognitivo y especialmente a nivel de neurodesarrollo del niño o adolescentes que las padece.
Señales a tomar en cuenta
Anteriormente se creía que los problemas de sueño en las poblaciones escolares eran asintomáticas, sin embargo, diversos estudios de investigación y observación han determinado nuevas condiciones asociadas a estos trastornos.
Los niños que no duermen saludablemente pueden sufrir labilidad emocional, agresividad, irritabilidad, baja tolerancia a la frustración, entre otras alteraciones en su estado de ánimo y/o conducta social. Los adolescentes en especial se sienten cansados por la falta de sueño y les cuesta conciliar el sueño.
Se ha demostrado que existe relación entre los trastornos del sueño y el desarrollo de obesidad, respuesta del sistema inmune que los hace más propensos a adquirir enfermedades virales.
El mal dormir disminuye su estado de alerta así son más proclives a los accidentes escolares.
El rendimiento académico, fallas de memoria y de razonamiento, así como el déficit de atención en sus actividades son determinantes cuando hay desórdenes de sueño.
Es muy importante que desde los primeros años de la edad escolar, los niños cumplan las buenas prácticas de la higiene del sueño, no sólo para llevar adelante las responsabilidades escolares sino para cuidar de su adecuado desarrollo psicológico, físico y emocional.