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¿A qué edad deben dormir solos los niños en su cuarto?

2 octubre 2020

Durante los primeros meses de vida, es muy importante el apego para que el bebé crezca fortalecido física y emocionalmente.

Por eso cada vez son más los especialistas que recomiendan la práctica del colecho, sin embargo, mantener al bebé en la cama matrimonial desde que nace en adelante es también cuestionado por los especialistas en trastornos del sueño.

Una medida saludable para evitar los efectos perniciosos que puede tener dormir con papá y mamá en el desarrollo infantil, es que a partir del cuarto mes el bebé debe irse a su habitación.

Desde el punto de vista psicológico, los expertos consideran que los padres que duermen con sus hijos, lejos de protegerlos del miedo y la inseguridad, causan un efecto contrario interfiriendo en su crecimiento físico así como en su independencia.

En los primeros tres meses los pediatras recomiendan mantener la cuna cerca de la cama de los padres para alimentar y  monitorizar al bebé, pero después es importante crearles su propio espacio, aunque ello signifique semanas de insomnio más intenso hasta la adaptación.

Las Horas de Sueño Recomendadas por Edad

El sueño es un pilar fundamental para el desarrollo y bienestar en todas las etapas de la vida, pero las necesidades varían considerablemente con la edad. Es esencial conocer cuántas horas de descanso son necesarias para promover un crecimiento saludable, un rendimiento óptimo durante el día y un buen estado de salud general. A continuación, ofrecemos una guía detallada sobre las horas de sueño recomendadas para niños y adolescentes, enfatizando la importancia de adaptar las rutinas de sueño a cada etapa de desarrollo:

  • Recién nacidos (0-2 meses): Durante esta etapa inicial, los bebés necesitan entre 10 y 18 horas de sueño. Este amplio rango se debe a los patrones irregulares de sueño de los recién nacidos, que se despiertan frecuentemente durante la noche y el día debido a la necesidad de alimentarse.
  • Infantes (2 a 12 meses): A medida que los bebés crecen, su necesidad de sueño se consolida en aproximadamente 14 a 15 horas. Es crucial para su desarrollo cerebral y físico, así como para la regulación de su estado de ánimo.
  • Niños pequeños (1 a 3 años): En esta fase, los niños requieren de 12 a 14 horas de sueño. Mantener una siesta diurna puede ayudar a alcanzar el total recomendado, favoreciendo la atención, el comportamiento y el aprendizaje.
  • Preescolares (2 a 5 años): El rango recomendado de sueño es de 11 a 13 horas. A esta edad, muchos niños dejan de dormir la siesta; por lo tanto, un sueño nocturno de calidad es fundamental para su energía y desarrollo cognitivo.
  • Escolares (5 a 12 años): Se recomienda que duerman entre 10 y 12 horas cada noche. El sueño adecuado es crucial para su rendimiento escolar, concentración y salud emocional.

La Independencia del Sueño en los Niños: Hábitos y Rutinas

Es importante establecer algunos hábitos acordes a la etapa del niño que le permitan conciliar el sueño fuera de la cama de papá y mamá. Es fundamental inculcar hábitos de sueño saludables en los niños desde una edad temprana para ayudarles a dormir de forma independiente, fuera de la cama de sus padres. Establecer una rutina relajante y adecuada a cada etapa del desarrollo del niño es clave para promover una noche de descanso reparador en su propia habitación.

Para los más pequeños, un baño con agua tibia puede ser el comienzo perfecto de una rutina nocturna que los prepare para el sueño. Seguido de esto, cantarles una canción de cuna bajo una luz suave y tenue puede ser una estrategia efectiva para calmarlos y facilitar la transición hacia el sueño.

A medida que los niños crecen, es crucial establecer y mantener una hora consistente para ir a la cama. Prepararlos para la noche con un pijama cómodo y limpio, asegurar que realicen su aseo bucal, y dedicar tiempo a una actividad tranquila como leer un cuento o escuchar una canción suave, son pasos que pueden ayudar a señalar al cerebro que es hora de dormir. Es importante que, tras estas actividades, se apague la luz y se deje la habitación para reforzar la idea de que es el momento de descansar.

Crear un entorno propicio para el sueño en la habitación de los niños, que incluya comodidad, seguridad, y tranquilidad, es parte esencial de una crianza responsable. Velar por la higiene del sueño de los hijos no solo favorece su capacidad para conciliar y mantener el sueño de manera independiente, sino que también tiene un impacto positivo en su desarrollo físico y emocional.

Inculcar estos hábitos y rutinas es un regalo duradero para los niños, ya que les proporciona las herramientas necesarias para gestionar su propio sueño de manera efectiva, asegurando así que puedan disfrutar de los beneficios de un descanso nocturno de calidad a lo largo de su vida.

Parte de una crianza responsable está en velar porque tengan dulces sueños en la seguridad de su propia habitación, con las condiciones adecuadas y la certeza de que la higiene del sueño de tu hijo se verá reflejada en su desarrollo y crecimiento.

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