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La vista, otra víctima de nuestro mal dormir

30 mayo 2022

Como ya es bien sabido, la falta de horas de sueño, las alteraciones, así como la falta total del mismo tiene consecuencias para todo nuestro organismo. Ahora bien, múltiples estudios han demostrado su afectación en nuestra salud visual. Estas alteraciones pueden provocarnos afectaciones tales como, irritación ocular, ojo seco y ojos llorosos. Pero también puede agudizar nuestra sensibilidad a la luz y provocar diferentes alteraciones visuales.

Los efectos de esa fatiga visual se manifiestan en gran medida, a través de dolor de cabeza o dificultad para centrar la atención visual. Esto último, ocurre, por ejemplo, a personas que han pasado una larga noche delante de libros o la pantalla del teléfono móvil. En muchos casos, con el paso de las horas, podemos notar dificultades para fijar la vista, este cansancio visual nos impedirá continuar nuestra vida diaria de manera normal.

La falta de sueño puede provocarnos ciertos síntomas asociados al ojo seco, porque al mantener nuestros ojos abiertos más tiempo no se humedecen debidamente. Esta sensación en muchas ocasiones nos afecta en los primeros minutos después del despertar.

Por otro lado, la diplopía o visión doble. Es un síntoma que se asocia a la sequedad del ojo. Percibimos esta visión doble cuando nos despertamos tras una noche en que hemos dormido mal e intentamos leer los primeros mensajes del móvil o leer el despertador etc.

Otro síntoma recurrente al haber dormido mal es la visión borrosa que, como los anteriores, está unida a la falta de uniformidad de la película lagrimal. Por lo general, es posible que a los pocos minutos del despertar estos síntomas desaparezcan, porque nuestra tendencia natural es parpadear y cuando esto sucede el parpadeo ayuda a humedecer de nuevo el globo ocular.

De igual manera, según diferentes estudios de campo realizados, se ha determinado que las personas que menos descansan, tenían lapsos de atención que les impedía descifrar con seguridad algunos estímulos visuales. Esto, según los investigadores, se debe a que un cerebro con falta de sueño, aunque es capaz de procesar imágenes simples, no logra hacer lo mismo con las denominadas ‘áreas visuales altas’, que son las responsables de darle sentido a lo que observamos. Además, nuestro cerebro con sueño deberá librar una batalla neuronal por conseguir mantenerse despierto.

Las respuestas a los estímulos en personas con falta de sueño demostrada, son más lentas y menos precisas que las de un cerebro saludable y descansado.

Por ello, se recomienda que las personas que sientan que su calidad de sueño no es buena o que hayan notado cambios en el descanso, aparte de tratar dichas alteraciones a través de la aplicación de una buena higiene del sueño, incluyen al oftalmólogo en su rutina de revisiones médicas para detectar y tratar a tiempo cualquier enfermedad de la visión.

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