Dormir con nuestras mascotas: ¿Qué dicen los profesionales?
Mucha gente maneja la idea que tener a la mascota en la cama es un Ganar-Ganar: nuestro compañero disfruta de la comodidad del colchón y los cobertores mientras nosotros gozamos de tener los pies o el cuerpo junto a una fuente de calor inagotable. Algunas mascotas se acurrucan en la curvatura que generamos tras nuestras rodillas; otras, más patudas, se sumergen como topos dentro y al fondo de la cama; y ciertos gatos, más descarados, se instalan directamente en nuestras almohadas.
Como cada vez más personas duermen junto a sus animales domésticos, muchos investigadores han volteado la mirada hacia la necesidad de conocer un poco más sobre los beneficios o no de esta costumbre, encontrando que más de la mitad de los dueños de mascotas permitían que ellas durmieran en el dormitorio, las que según ellos eran “discretas o incluso beneficiosas para dormir”. Incluso se han desarrollado estudios en el que se implementaron rastreadores del sueño en perros y humanos para medir así la calidad del reposo de ambos.
Estas investigaciones, han demostrado que la compañía de mascotas en las camas, no afecta la profundidad del sueño. De hecho, refieren que los que duermen con frecuencia con sus mascotas mostraron, en promedio, la más alta calidad de sueño subjetivo.
En cuanto a la salud física y emocional, dormir con nuestra mascota aumenta los niveles de oxitocina. Eso parece ser algo bueno, ya que es la denominada “hormona del amor”, que se libera en nuestro cuerpo cuando estamos junto a las personas que queremos y que nos produce placer y satisfacción. Es conocido el efecto que la oxitocina tiene a nivel cardiovascular y como neuromodulador, como también su poder ansiolítico y de regulación del sueño”.
Para muchas familias, sus animales son parte de una terapia emocional, entregan calma, compañía e incluso calor, lo que puede otorgarles un mejor descanso. Lo mismo puede suceder en personas con ansiedad o depresión, a quienes la compañía de su mascota en las noches les resultan beneficiosa, se ha determinado que, al interactuar con nuestro perro o gato, especialmente al acostarnos, disminuyen los niveles de cortisol —que es la hormona del estrés— y aumentan los de oxitocina y de dopamina. Esto reduce la frecuencia cardiaca y ayuda a relajarse. Lo mejor de todo, agrega, es que los investigadores han determinado que estos efectos se han demostrado tanto en los humanos como también en las mascotas.
Otro mito que circula mucho es que dormir junto a los animales puede hacer que nos transmitan ciertas enfermedades. Los expertos refieren que en definitiva eso va a pasar solo si la salud de la mascota está descuidada por su dueño, comentan que lamentablemente, ese riesgo zoonótico siempre va a existir, pero es responsabilidad del tutor mantener a su animal al día en cuanto a desparasitaciones internas y externas.
Si nuestra mascota está sana y con sus chequeos, y los tutores no padecen de alergias importantes —como asma u otras patologías respiratorias—, no debiese haber inconvenientes, la principal precaución que destacan en múltiples lecturas es la higiene de la ropa de cama y el colchón, para quitar ácaros, pelos y caspa, entre otros.
Por otro lado, también es común escuchar que darle permiso a los animales para que suban a la cama y duerman con nosotros es consentirlos demasiado, lo que fomentaría la aparición de otros problemas conductuales de nuestras mascotas. Pero en definitiva se ha tratado como un mito por la falta de validación científica de dicha afirmación.
En definitiva, si nuestras mascotas son buenas gozan de una buena salud y se portan bien son perfectos para dormir en la cama, a parte de los beneficios antes mencionados, con ese gesto hacia ellos aumentará nuestro vínculo en común. Por tanto, el beneficio de que nuestra mascota duerma en la cama con nosotros es mutuo.
