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Trastornos del sueño asociados a la hipertensión arterial

1 agosto 2022

Ya es bien conocido que tanto la calidad como la cantidad del sueño son fundamentales para nuestra salud, definitivamente el sueño es muy importante en nuestra vida, y su calidad tiene influencia en gran medida en la vigilia, rendimiento y en los niveles de alerta diurnos, así como en el correcto funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular.

Durante ese valioso tiempo que dedicamos al dormir, se producen en nuestro organismo diversos cambios fisiológicos que se presentan de manera imprescindibles para proporcionar mayor bienestar y capacidades a la hora de enfrentar el nuevo día.

¿La tensión alta da sueño?

El sueño reparador juega un rol crucial en la regulación de los procesos fisiológicos que mantienen la salud del corazón y el sistema vascular. Durante las fases profundas del sueño, se observa una disminución en la presión arterial, que es un período esencial para la salud cardiovascular. Esta reducción nocturna de la presión arterial, conocida como descenso nocturno, es considerada un indicador de buen estado cardiovascular. Sin embargo, en personas con insomnio o trastornos del sueño, este descenso puede ser insuficiente o inexistente, lo que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Diferentes estudios realizados acerca de la relación entre la presión alta y los problemas para dormir, demuestran que ciertas personas con insomnio están expuestas a un alto riesgo de padecer hipertensión. Los autores aseguran que el insomnio con excitación diurna eleva la liberación de las hormonas del estrés, como el cortisol, que favorece la hipertensión.

En las investigaciones de campo, se demostró que durante la noche los participantes durmieron como lo harían normalmente en habitaciones con sonido, iluminación y temperatura similares a las habituales. Al día siguiente, tuvieron cuatro oportunidades para dormir una siesta de 20 minutos. Los parámetros evaluados fueron el tiempo que demoran en conciliar el sueño, si podían hacerlo, además del control de la presión arterial de noche y día.

Los participantes sin dificultades para dormir en la noche no eran más propensos a ser hipertensos, aunque demorarán más tiempo en quedarse dormidos en la siesta. Por otro lado, los insomnes crónicos que más demoran en conciliar el sueño en una siesta eran más propensos que el resto a ser hipertensos y los participantes con insomnio que tardaban más de 14 minutos en quedarse dormidos de día, eran tres veces más propensos a tener valores de presión elevados, o que les diagnosticaron hipertensión, que aquellos sin problemas para dormir según la publicación.

Debido a estos resultados los autores recomendaron que las personas con dificultad para dormir les pidan a sus médicos que les tomen la presión arterial y que es recomendable hacer estudios de hipertensión anualmente en todos los mayores de 18 años, sin importar los patrones de sueño.

Basado en los resultados, se puede concluir que el control de los hipertensos con trastornos de sueño asociados permitirá ejercer acciones de salud que elevarían la calidad de vida de estos pacientes y así poder enfrentar el día con mayor bienestar y que definitivamente, dormir de siete a ocho horas por noche puede desempeñar un papel en el tratamiento y la prevención de la presión arterial alta.

A manera de conclusión si padece de alteraciones en el sueño, es importante comentarle a su médico especialmente si aparece una presión arterial alta, ya que es indispensable que disfrute de un sueño saludable.

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