SONAMBULISMO EN NIÑOS

13 diciembre 2016

Para hablar de sonambulismo, tenemos que entender que estamos hablando de trastornos de sueño, que son problemas relacionados con el dormir, y que se pueden dar tanto en la población infantil como en los adultos.

En líneas generales los podemos clasificar según:
– La cantidad
– La calidad. (que es donde nos vamos a centrar).
– La secuencia.

Según la Calidad, vamos a centrarnos en entender:
– El sonambulismo, que es el que vamos a trabajar hoy.
– Los Terrores Nocturnos
– Las Pesadillas.

niño, caminando, dormido

EL SONAMBULISMO.

Un niño sonámbulo, deambula durante unos minutos por la casa, con los ojos abiertos, aunque realmente está dormido y puede seguir durmiendo en cualquier parte diferente de la cama.

En algunos casos, no hace falta que se pasee por la casa, sino que simplemente, puede levantarse, poner bien las sábanas y acostarse, o, se incorpora, se sienta y se vuelve a acostar… pero lo más curioso de todo es que, aunque se encuentren con los ojos abiertos, están dormidos. De hecho, al mirarlos para que nos miren, notamos que están “desconectados”.

Otra nota curiosa es que por la mañana, si le comentamos el suceso, ellos no van a recordar absolutamente nada de su paseo nocturno.

El sonambulismo se considera un trastorno del sueño benigno, es decir, que no tiene más problemas. El peligro lo podemos encontrar no en el mismo trastorno, sino que se produzca un accidente derivado de ese deambular, como que se pueda caer por las escaleras, que abra la puerta y salga a la calle o que esté la ventana abierta, por ejemplo.

En los niños se suele dar en las edades entre los 4 y los 6 años y parece que se da más en varones que en mujeres, siendo la causa más frecuente de que se produzca este trastorno que se encuentren muy cansados, que tengan la ansiedad muy alta o incluso una falta de higiene del sueño, aunque no existe una explicación sólida del motivo del sonambulismo.

Personalmente, pienso que el nivel de ansiedad influye mucho, ya que suelen darse los episodios cuando existe alguna circunstancia estresante en la vida de las criaturas.

También suele existir antecedentes de sonambulismo en la familia, por lo que tiene un carácter hereditario.

Si nos encontramos a nuestros hijos, en algún momento, en esta situación, simplemente debemos dirigirlos de nuevo a la cama, con suavidad y no hace falta que los despertemos.

Sería conveniente que pongamos cuidado en cerrar bien las ventanas y la puertas o mantener alejados objetos con los que se puedan hacer daño y por otra parte, intentar mantener a raya la ansiedad y por tanto, los posibles conflictos que la puedan originar.

Y una última recomendación, para mí, básica, intentar proporcionar a los niños la oportunidad de cumplir un sueño en cantidad y calidad.

Sonia Esquinas para el IIS

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