EL CHUPETE Y EL NIÑO

3 marzo 2017

Muchas veces, cuando vienen madres desesperadas y agobiadas porque sus niños se despiertan con frecuencia en la noche, sale a relucir el tema del chupete.

Y es que esta herramienta que nos ayuda a la crianza de nuestros pequeños es a veces un arma de doble filo, ya que es cierto que en determinados momentos nos ayuda muchísimo consolando las molestias que se generan cuando les están
saliendo los dientes o los calma y los relaja tras un llanto o incluso es nuestro aliado para que nuestro hijo se quede dormido.

El momento en el que no nos beneficia, es cuando estamos dormidos en plena noche, al pequeño se le cae el chupe y esto hace que lo eche de menos y llore. Vamos, se lo ponemos, lo calmamos, se duerme…, y hasta la próxima vez que se le caiga.

Hay madres y padres que llenan la cuna de chupetes, para que conseguida una cierta autonomía sean ellos mismos los que se lo pongan, y como ya todo está inventado, creo, tenemos incluso chupetes con luces, para que los encuentren sin problemas en la oscuridad.

La solución, como es obvio, es retirarle el chupete por las noches. Podemos intentar ofrecérselo para que se quede
dormido pero cuando lo ha conseguido y está bien dormido, quitárselo.

Es evidente que el niño que esté muy acostumbrado a tenerlo en la boca, puede tener problemas en mantener ese sueño, pero esto ocurrirá sólo las dos-tres primeras noches, os lo aseguro.

Los padres y madres que lo hacen me refieren que esas noches de cambio son un poco complicadas, pero que merece la pena ya que una vez conseguido, el despertar por caída del chupe desaparece, y por tanto, el número de veces que se despierta el niño se reduce considerablemente.

De la otra manera, es como poner una “tirita” que no “cura” sino que simplemente alarga la situación hasta que cuando sea, llegamos al mismo punto… “voy a quitarle el chupete”.

Es sólo cuestión de valorar qué es lo que más le interesa a cada uno.

Sonia Esquinas para el IIS

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